Ir o no ir, esa es la cuestión



6 de octubre de 2010.



Miro el calendario y veo que tengo unos días libres.
Me fijo en la cartera y veo que tengo algo de dinero.
Tengo una moto.
Decido irme de viaje.
Se me ocurren algunos destinos y me gustan todos. Repaso la libreta en la que anoto aquellos lugares a los que quiero ir algún día: Cabo Norte.
¿Cabo Norte?
No conozco a nadie que haya ido en esta época del año, ¿será porque es imposible? ¿será una casualidad? Indago un poco por internet, pregunto en varios foros si alguien sabe si es posible ir a estas alturas del año. Hago algunas consultas privadas, entre ellas a Gloria, una española que regenta el Artico Ice Bar, en Honningsvag, último pueblo antes de acceder a Nordkapp.
La mayoría de foreros se ponen muy contentos ante la posibilidad de que vaya a pasarlas canutas teniendo frío por media Europa. Hay alguna opinión en contra. Muy pocas pero de peso, gente a la que admiro mucho o que vive en Finlandia… Me fijo especialmente en el correo de Gloria: me advierte que poder, se puede, pero que habrá que tomar muchas precauciones y, después, confiar en el clima. Este octubre está siendo raro, con buen tiempo, pero ésto puede cambiar de un día a otro.
Me compro un mapa de Escandinavia y una guía de viajes.
La moto tiene una revisión recién pasada y neumáticos nuevos.
Me voy a pasar el fin de semana con la familia y termino de decidir que voy a intentarlo, tiene que ser chulo eso del salmón, las auroras boreales, los renos, la nieve y Papá Noel.
El lunes intento actualizar el GPS y me lo cargo.
Intento lavar la moto y un señor de Gales (lavando su coche en bañador) (en octubre) se enfada conmigo porque en las maletas de Simba no luce la bandera de su país. Le digo que estar, he estado, pero no encontré la pegatina. Él me comprará una.
Simba se ha dado cuenta. Cuando la limpio así es porque la voy a ensuciar.
Intento volver a casa y me cae una tormenta del copón. La moto duerme sucia.
Presagios…

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